Estas alarmas utilizan energía solar para recargar su batería interna durante el día, lo que permite un funcionamiento ininterrumpido las 24 horas. Al detectar movimiento no autorizado, envían alertas inmediatas al móvil del propietario mediante redes GSM o conexión Wi-Fi, si está disponible.
Los sensores inalámbricos perimetrales protegen la entrada y el entorno de la finca, generando una señal sonora disuasoria y notificaciones a tiempo real. Además, al no depender de corriente eléctrica, no se ven afectadas por apagones ni cortes de luz.